jueves, 25 mayo 2023. Estoy poniendo mesa para seis, pero no encuentro cómo colocar a los comensales sin que les toque una pata delante. Salgo de la habitación que de repente empieza a moverse como si fuera el vagón de un tren. Corro en paralelo para volver a entrar. Por una parte me gusta la sensación de correr. Por otra, siento una tristeza enorme (no sé el porqué). Llego a lo que parece el comedor de un colegio convertido en restaurante. Estoy cansada y me siento en la primera mesa que veo, con una familia. El niño pelea con su abuelo porque uno dice que está salada y el otro dulce. El niño le da a probar la sopa al abuelo y después, con la misma cuchara, me da probar a mí. La sopa sabe a agua de coco.