coche amarillo, máquina expendedora y columpio

jueves, 24 octubre 2024. Bajo una cuesta con Alberto y Luciano, veo pasar un coche de plástico amarillo que parece de juguete. Les digo, me parece que era Zoki. El coche frena. Zoki asoma la cabeza. Me pareció oír mi nombre, dice. Nos acercamos y vemos que es un coche normal al que le ha puesto una funda amarilla para que no lo estropee la lluvia. Le doy un abrazo inmenso. Dice que vayamos a su casa. Llegamos a una habitación de hotel. De repente Zoki es una mujer pero sin barba. Nos cuenta que desde que murió su marido, y tuvo que dejar su casa, los amigos le van prestando una casa cada mes. Mientras nos lo cuenta se cambia de ropa varias veces.
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Estoy con Jurdi y Javi. Contamos chistes todo el tiempo intentando que el siguiente sea mejor al anterior. No paramos de reír. Vemos una máquina expendedora de ropa (se supone que la gente que no quiere algo lo deja ahí para otros). ¡Qué ropa más fea!, dice Javi muerto de risa. Jurdi dice que le gusta y quiere esa camisa (señalando una horrorosa con estampado de colores chillones). Al abrir el expendedor se da cuenta de que es una funda de inodoro. Se ríe a carcajadas. ¡Esta funda era de mi madre!, dice y nos caemos al suelo de risa.
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Estoy en una casa de acogida. Hay chicas muy jóvenes con bebés, otras que están dejando el alcohol. Yo estoy porque me he separado y no tengo dónde vivir. Una chica con un bebé casi recién nacida quiere salir. Me dice que soy su mejor amiga, que soy muy guapa. Le digo que no hace falta que me haga la pelota, que me quedaré con su niña de todos. Sale corriendo (lleva minifalda y va muy maquillada). Entro, voy descalza y el pasillo que lleva las habitaciones está lleno de cristales rotos. Voy abriendo puertas para encontrar la habitación del bebé. En una está Alberto, en la cama, con un ordenador enorme y muchos monitores, como si rigiera el mundo. Le digo que voy a pasar el día con el bebé de mi amiga (por si se ofrece a pasarlo conmigo), pero no dice nada. Vuelvo a buscar al bebé. Finalmente lo encuentro en un columpio del jardín. Su madre y él están columpiándose. Lo hacen tan fuerte que caen hacia atrás. Intento rescatar al bebé. Me ilusiona pensar que si la madre ha muerto del golpe, me quedaré al bebé para siempre.