baldosa motorizada

martes, 10 noviembre 2009. Un chico y yo nos desplazamos sobre el asfalto subidos a una baldosa. Tenemos que abrazarnos muy fuerte y mantener el equilibrio porque la baldosa va a mucha velocidad. El chico se sorprende cuando le digo que lo quiero. No nos conocemos de nada, dice. Es por la velocidad, respondo. Cuando la baldosa va lenta, te quiero menos, pero cuando acelera soy completamente feliz, le explico. El chico me besa. Entramos a toda velocidad en la Alameda, vemos a unos obreros extendiendo una red. La red nos detiene. Un policía nos pide el carnet de conducir. Nos somos peces, le grito. El policía nos mira asombrado, nos devuelve los carnets y dice que no hemos perdido ningún punto. Tengan cuidado, dice, hemos cambiado todos los semáforos por redes.