tobogán y ascensor

lunes, 16 noviembre 2009. Dentro de una habitación hay un tobogán. Me tumbo, encojo las piernas y me hecho a dormir. Alguien me dice que tengo el pelo quemado. Tiro de un lado del tobogán como si fuera una manta y vuelvo a dormirme.
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En un portal una pareja le da instrucciones a su hijo de cómo debe comportarse. Ella se parece a Verónica Forqué, incluso hablando, así que no sé si le habla en serio o en broma. El portero me dice que el cine es en el segundo piso, que por nada del mundo me equivoque de botón. Corro hacia uno de los ascensores, que está amueblado como una salita de estar del siglo XIX. En un rincón hay dos botones, se apaga la luz y le doy sin querer al 9. Aparezco en un hall lleno de adolescentes. No sé por qué me parece algo siniestro y me vuelvo al ascensor. Un tipo gordo ha entrado antes que yo, intenta abrir la puerta desde dentro para que yo también baje, pero su desesperación por que yo entre me hace sospechar.