ni ovejas ni poemas

domingo, 4 septiembre 2011. De debajo de un armario salen unas cien pelotas de tenis que, sin cambiar de tamaño, se convierten en ovejas. Tengo que devolverlas a su lugar antes de que vuelvan mis padres.
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Tengo que leer poemas, pero al sacar los folios se convierten en páginas de tebeos. Intento leer las historietas con seriedad para que pasen por poemas. Mi madre comienza a hablar muy fuerte desde el fondo de la sala. Hago algún chiste para destensar el ambiente, pero unas chicas me dicen a gritos algo sobre una diadema de felpa. No comprendo nada, quiero irme de allí.