jueves, 22 marzo 2012. Alberto yo vamos en coche por unas calles que no conocemos. De vez en cuando, como por arte de magia, aparecen contenedores y todo tipo de obstáculos en mitad de la calzada. También, a veces, nos adelantan coches a toda velocidad. Se creerán que esto es una carrera, protesta Alberto. Pienso que es una carrera, pero nadie nos ha avisado. Al cabo de un rato llegamos a un descampado. Un Gordini blanco aparca a unos cuantos metros. Una señora, vestida a la moda de los 60, se acerca hacia nosotros con algo en la mano, muy despacio y en blanco y negro. Pienso que es la madre de Chivite. Pienso que no sabré qué decirle. Pienso que si llego a hablar con ella tal vez interfiera en el futuro y el futuro sea distinto. Me meto en el coche, ella apura el paso. ¡Arranca, vámonos de aquí!, le grito a Alberto.