domingo, 10 marzo 2013. Voy a visitar a Odila, una amiga del colegio a la que no veo hace años. Vuelve a vivir en la casa de sus padres, jardín con jardín, con la que fue la casa de mi abuela. Justo antes de llamar pienso en el miedo que siempre me dio esa casa cuando estaba vacía. Odila me recibe en kimono, un bonito kimono de estampado rosa, que la hace parecer aún más triste. Nos abrazamos, le digo cuánto me alegro de que haya vuelto. La mesa del comedor está vestida para una fiesta. Hablamos como si nos hubiéramos visto el día anterior.