oro

domingo, 16 junio 2013. Llego a Hacienda. Me acerco a una de las mesas y me dicen que espere un segundo. Llegan dos tipos a los que atienden de inmediato. Después el funcionario se levanta y se va. Le pregunto a su compañero si volverá pronto. No sabe. Se forma una cola variopinta. Una funcionaria llega con una especie de carrito de helados y comienza a repartir copas de cava con virutas de oro. Me ofrece una. Le digo, suficientemente fuerte para que me oiga toda la cola, que tomar oro me parece una soberana estupidez. La cola protesta, quieren lincharme. Yo me río. Una mujer intenta ofenderme diciéndome que ella jamás a comido granada.