martes, 11 junio 2013. La casa de mis padres se ha llenado de caballos, pero a nadie parece importarle. Me refugio en el que fue mi cuarto, un caballo se está comiendo mis libros. Al verme en el espejo tengo el pelo muy largo. Me siento tan feliz que decido salir a comprar el periódico. Mi madre dice que es muy tarde y que aún tengo que contarle lo del garaje. No sé qué es lo del garaje, pero le digo que sí, que después y me voy. En el ascensor hay más botones de la cuenta. Algunos tienen números y otros nombre. Por curiosidad le doy a uno que pone Salitre y aparezco en una parada de la calle Salitre. Llego a un bar, Alberto está sentado, esperando que le sirvan. Te he comprado el periódico, le digo. Lo va rompiendo a trocitos, y se lo come.