sábado, 13 septiembre 2014. Camino junto a un niño por una calle mal iluminada. Caminamos detrás de alguien que nos guía. El niño cae por un agujero enorme que hay en acera. Al intentar agarrarlo caigo con él. Intento gritar para que los que caminaban delante nos ayuden, pero en el agujero no hay oxígeno y, mientras seguimos cayendo y llevo la boca abierta y grito con todas mis fuerzas, no sale ningún sonido. Mientras caigo pienso que va a ser una manera muy fea de morir.