lunes, 13 mayo 2019. Entro en una sala enorme. Casi no quedan asientos libres. A mi lado alguien habla con un tono de voz que conozco, pero no sé quién es. Pasan varios conocidos, se les ve muy felices por lo que va a pasar (que no sé qué es). Algunos llevan collares y hasta banderas. Me levanto y salgo discretamente. Aparecen Daniel y Mantecón. Daniel dice que tenemos que hablar y se tumba sobre un montón de tierra de una obra. Le digo que no es arena de playa, que no haga el tonto, que Alberto y mantecón estarán buscándonos. Me pregunta por trabajos lejos de España, como recoger pasas. Es precisamente en Málaga donde se recogen, le digo. No quiero estar allí, llamo a gritos a Alberto. Aparece con Mantecón. Os estábamos buscando, dicen. Llegamos a un hotel. La chica de recepción se alegra exageradamente de que yo saque un libro de Vonnegut donde llevo la reserva. Le digo que puede devolvérmelo cuando nos vayamos del hotel. Entramos en el restaurante. Las mesas y las sillas están desordenadas. El camarero me da un teléfono, marca el número de la peluquería y me dice que con seña que debo cortarme el pelo.