invitados

viernes, 3 enero 2020. Estoy en una habitación de hotel, arreglándome para asistir a una boda. Cada vez que me pongo una prenda me doy cuenta de que me he equivocado por ejemplo, unos calcetines de rayas con un vestido de flores). Elisa y Nadia me ayudan. Llaman a la puerta. Es el novio con varios invitados, entre ellos Oeste, para preguntarme por qué no he bajado a la ceremonia ni a la comida. ¿Qué hora es?, pregunto. Las seis y media, dicen (la boda era por la mañana). Oeste dice que al menos participe en la quiniela comunal que han hecho, y me tiende una especie de ticket de compra arrugado. Al cogerla, los resultados que habían apuntado los demás se borran entre mis dedos porque estaban escritos a lápiz.