viernes, 2 abril 2021. Camino hacia la que se supone que es mi casa (aunque ni el camino ni la casa tienen que ver con la realidad). Paso junto a un contenedor gris. Desde dentro sale música. La fiesta ha comenzado, pienso. Llego a mi supuesta casa. No hay nadie pero oigo ruidos. Alberto está debajo de la cama hablando por teléfono. Tus amigos ya están en el contenedor, hay cervezas en el frigorífico por si quieres llevarles alguna, le digo.