balines

viernes, 30 abril 2021. Mi tía quiere dar un paseo, pero es noche cerrada. Vamos por aquí, dice. Es una camino de piedras. A la entrada hay una valla y una chica que nos invita a pasar diciendo, con demasiado entusiasmo, que es gratis. Digo entre dientes que es un timo, que conozco ese camino y por ahí no hay nada, además al final del camino cobran la salida. Subimos por otro camino igual de pedregoso. A los lados hay cajas con cartulinas impresas que alguien ha desechado. Mi tía quiere llevárselas todas. ¿Para qué quieres eso? No sabe. Te dejo que cojas dos, ni una más, le digo. De repente estamos en un balcón grande de madera donde se celebra una fiesta. Veo a un tipo con una escopeta en la calle. Apunta hacia el balcón. Grito a todos que se tiren al suelo. nadie me hace caso. El hombre dispara. El suelo se llena de balines. ¿Lo veis?, les digo. Los fiesteros siguen a lo suyo, dicen ya estaban ahí cuando llegaron. Cojo un balín de recuerdo, me lo guardo en el bolsillo. Busco la salida.