miércoles, 5 mayo 2021. Bajo al bar de un hotel (se supone que estoy en Edita). Al fondo veo a Alberto, Uberto y a una chica embarazada. La chica se queja de que lleva más de una hora esperando. Pienso si salir a comprar algo para su bebé y recuerdo un conejito rosa que vi en Dunnes Stores. Si fuera niño, tampoco tiene nada de malo jugar con un conejito rosa, pienso. Comienza a llover muy fuerte, una cortina de agua no deja ver la calle. No hay conejito, pienso y m siento. Una chica me da unos cuantos pins. Son para la lectura, dice. Me pongo uno muy bonito de un vaso de cerveza. Como si me leyera el pensamiento, me rectifica: es una caña porque la lectura va a ser la caña. Tiene una lata de galletas con fotos que va a proyectar. En una salgo montada en un burro, feísima. Me echo a reír. No recordaba esta foto, le digo. También hay recordatorios de comunión y crismas dedicados iguales a los míos. Sospecho que la lata es mía.