domingo, 9 mayo 2021. Varias chicas se hacen una foto de grupo. Algunas tienen el pelo blanco. Todas son mucho más jóvenes que yo. Ahora que están de moda las canas debería dejar de teñirme, pienso. Mejor el próximo año, pienso.
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Estamos en lo que parece un supermercado, pero no tiene paredes ni techo, sólo frigoríficos tipo cofre abiertos. Dentro hay de todo, desde comida congelada a cables. Alberto mete en el carro un tubo flexible de veinte centímetros. Le pregunto para qué queremos eso. Para cambiar la ducha, dice. Lo acompaño como si fuera un niño pequeño para que lo devuelva. Ni necesitamos cambiar la ducha, si ese trocito de tubo nos serviría para nada, le digo muy dulcemente. Volvemos del brazo, sin comprar nada por el prado que es el supermercado. ¿Y si en vez de tréboles pusiéramos en casa uñas de gato? Le parece una idea extraordinaria, se pone contentísimo. Entramos, a la que se supone es nuestra casa, trepando por la terraza. Nos cuesta mucho porque mientras intentamos subir nos reímos a carcajadas.