martes, 20 noviembre 2018. Se supone que ya hemos estado en esta especie de farmacia donde también venden juguetes de madera y flores de tela. Alberto elige un puentecito de madera, pero duda de que no se rompa. Le pregunto al dependiente, como si ya lo conociera, si la cosa está mejor. Niega con la cabeza. Ya fuera, antes de marchar, me cruzo con dos chicas que llevan una niña de la mano. Les pregunto si han escrito algo. También niegan con la cabeza. Ya de lejos me despido con la mano y les grito: ¡Hasta dentro de tres meses!