la fiesta de la vagina

lunes, 1 noviembre 2021. Estoy en una habitación con una pared de cristal desde dónde puedo ver lo que pasa fuera, pero desde fuera no me pueden ver. Parece la terraza de un bar cerca de la playa donde hay dos o tres personas desayunando. Como sé que no pueden verme, abro las piernas y, con una linterna, ilumino mi vagina que se proyecta en el cristal como si fuera una pantalla. Dentro se ve una especie de película de dibujos animados que no son personajes sino formas que se mueven. Me río sola al pensar en que podría dejar de escribir y dedicarme solo a eso, a proyectar lo que sucede dentro de mí, vendérselo a un museo de arte moderno y llamarle "La fiesta de la vagina".