lunes, 30 junio 2008. Estoy en una tienda mirando camisetas, mientras espero a Alberto. En un estante a ras de suelo veo la camiseta de Arconada que se puso ayer Palop, sólo cuestan 4 euros y decido comprar una para Alberto otra para Salvador y otra para mí. Necesito tres tallas diferentes y me agacho a buscarlas. Mientras estoy buscando la tercera, Un hombre se ha llevado las que ya tenía sobre el mostrador. Me quejo a la dependienta. Ella me pregunta cuándo terminaré el libro que estoy leyendo y pienso que quizá vaya a regalarme uno para compensarme. Sale conmigo de la tienda y vemos entrar en un hotel a varias modelos guapísimas. Las miramos con envidia, sobre todo yo. Vemos también a Alberto, a lo lejos, pero por más señas que le hago no nos ve. He llegado a casa y me asomo a la ventana con Emilio. Abajo, en un descampado lleno de barro, hay un montón de amigos jugando al fútbol. Se han reunido para celebrar que ayer España ganó la Copa de Europa. Saludamos a Francis, que ha venido especialmente de París, y le gritamos que se corte el pelo. Te pareces al pelusa, le grito. Alberto llega con Salvador. Pienso en lo contentos que se pondrán cuando vean las camisetas que les he comprado.