nocilla y el virus

domingo, 14 septiembre 2008. Estoy e un mercado. Un chico muy alto con pelo rizado se me acerca y comienza a caminar a mi lado. Le digo que si se porta bien, le compraré un paquete de pastelitos de Nocilla. Nos paramos delante del mostrador de una panadería. Pienso que sólo llevo en el bolsillo 1,10 euros y si los pastelitos cuestan más no podré cumplir mi promesa. Todo el mundo intenta colarse, alguien se da cuenta y, sin que yo diga nada, me tiende el paquete de pastelitos y me dice, son 1,10 euros.
+
Estoy en un patio donde han puesto un mercado. Todo está muy sucio. Una mujer saharaui busca una silla para sentarse mientras espera su turno. Le pregunto si se encuentra bien. Me guiña a modo de respuesta. Cuando le toca, pide un biberón. Dice que es para su nieta. Cuando la mujer se ha ido, aparece Elisa con su bata de médico y toma una muestra de una mancha en el suelo con la yema del dedo. Sangre, dice. La tendera cierra la tienda y me hace señas. Seguro que da con ella, le llaman "el virus", me dice.