jueves, 10 noviembre 2011. Alguien guía a un grupo a una sala de actos. Voy entre ellos. Cuando veo los asientos de madera y y la cara de los que están en el estrado, pienso que ya he estado allí y sé lo que va a pasar. Efectivamente nos comunican lo que yo ya sabía, la muerte de una chica. Hablan de que ha tomado veneno por error. Un tipo pasa por los asientos dándonos una muestra de veneno. Nos advierten que probemos sólo un poco. Todos se ponen una gota en la muñeca y prueban. Si yo ya sé lo que va a pasar, ¿qué debería hacer?, le pregunto al tipo que está a mi lado, ¿decirle que se equivocan o largarme? El tipo me manda callar. Yo intento decirle a alguien que a la chica la ha matado su marido, que no tomó ningún veneno por error, pero nadie parece querer escucharme.