miércoles, 2 noviembre 2011. La vecina del sexto y su hija me hablan de recetas. Presumen de hacer las mejores quiches. Sacan del horno unos huevos revueltos con patatas. No hago comentarios, les digo que ya volveré otro día. Al llegar a la que era la casa de mi abuela, un niño me lanza trozos de cristal a una velocidad enorme. Consiguen hacerme cortes en las manos. La madre del niño está en la otra acera mirando sin intervenir. Intento entrar en la casa, pero tiene varias cadenas y varios candados. Aporreo la puerta para que me oigan. Nada. Me duelen y me sangran las manos.