viernes, 7 septiembre 2012. Acompaño a Francis y a su hijo Javi hasta la puerta de casa. No reconozco la calle. Para que no se pierdan subo con ellos al autobús y les voy diciendo los nombres de las calles. Nos despedimos. Intento volver. Las calles van perdiendo el asfalto y acabo en solar donde hay animales sueltos. Entro en un bar donde todos van vestidos de punkis de los 80, entre ellos María. Le pregunto si sabe dónde estoy y cómo puedo volver a mi casa. No sabe. Al salir, hay una pelea. Trepo por una pared agarrándome a unas cabezas de piedra. Mientras trepo, pienso que desde allí arriba veré toda la ciudad y podré volver a casa.