viernes, 10 enero 2014. Camino hacia la casa de mi abuela. Un coche viene hacia mí a toda velocidad por la acera. No sé cómo doy un salto y me agarro a dos escaleras de madera que hay apoyadas en un muro, camino con ellas como si fueran zancos. Unos pintores se asombran de mi equilibrio. Les pido disculpas por haberles quitado las escaleras (están encaramados al muro). Los pintores dicen que habría que denunciar al conductor. ¿Alguien recuerda la matrícula?, se preguntan. Era un coche pequeño con la palabra Ambulancia escrita en el capó, conducía un hombre negro, les digo. Si era un extraterrestre, entonces no hay nada que hacer, dice uno y los demás ríen la gracia. No sé qué responder, no me queda claro si llamar extraterrestre a un hombre negro es un comentario racista.