guiños

miércoles, 31 octubre 2018. Parece un festival de música. Estoy sentada en el borde de lo que parece una roca. Buenas vistas. Veo pasar a Camilo con dos chicas. Camilo va vestido como Homer Simpson en el capítulo que, por estar gordo, trabaja desde casa. El público empieza a acoplarse a mi lado. Me empujan (como anoche en el "Bar Víctor"). Temo caer. Pienso que ojalá estuviera a medio metro del suelo para poder marcharme de allí. Dicho y hecho. Pongo los pies en el suelo, que antes era vacío, y me voy. Llego a la puerta de un bar. A una señora muy arreglada se le cae una etiqueta de cerveza al suelo. La recojo y se la doy. Quédatela, dice y me guiña. Veo que la señora entrega al portero una etiqueta como la mía y pasa. Hago lo mismo. Dentro hay una playa y piscinas naturales donde todos se bañan desnudos y se besan unos a otros. El portero/camarero que me abrió la puerta me guiña. Qué manía, pienso.