vichy

jueves, 14 noviembre 2019. Voy camino de casa de mis padres. Barcos se acerca por detrás, me abraza, me da una gran sorpresa. Entramos en el ascensor a trompicones, muertos de la risa, como si fuéramos niños que vuelven del colegio. El ascensor se va parando entre plantas, temo que se descuelgue. Le digo que en el momento que se pare aprovechemos par saltar fuera. Ahora, le digo. Saltamos a un descansillo desconocido para mí, con viviendas sin puerta. Nos miramos sin saber qué hacer. En ese momento me doy cuenta de que vamos vestidos igual, con camisas de cuadros blancos y amarillos.