moqueta

viernes, 13 mayo 2022. Nos encontramos a Siracusa. Nos cuenta cómo tuvo a su hijo (en la vida real no tiene). Dice que lo tuvo en pie, se agarró a unas cadenas y apretó. Hace los gestos junto a un portal, agarrándose a los barrotes de la puerta. ¿Queréis ver dónde vivo?, pregunta y comienza a correr. hay que darse prisa porque es una residencia de señoritas y no dejan entrar a nadie. Corremos tras ella, una pasillo largo con puertas numeradas. Su habitación es muy grande, llena de muebles, libros por todas partes y souvenires de todas partes del mundo. También hay fotos posando con escritores famosos, incluso Borges. En una estantería hay una cristalería de copas rojas talladas. No me pega nada. Bajo el cristal de su escritorio hay un cuadro sinóptico con nombres de personas. Aquí tengo a las personas más fuertes y constantes, dice. Veo mi nombre. Yo no soy así, deberías poner mejor el nombre de mi madre, le digo mientras miro la moqueta. Pienso que sacando todos los muebles y adornos podría vivir en ese cuarto y ser completamente feliz.