viernes, 3 mayo 2024. Llego desde la panadería que había en calle María a la casa de mi abuela. Tengo que contarle algo muy importante a Alberto, pero en ese momento lo llaman por teléfono. Oigo la voz de una chica. Le dice que ha visto a alguien sospechoso en su parada de bus y que vaya a socorrerla.
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Me encuentro a Puri en el portal de mi antigua casa (que ahora el portal sea una oficina de Correos no nos llama la atención). Las dos tenemos que echar unas cartas. Me dice que la espere y que después podemos volver juntas. Le pido unas monedas para llamar a mi madre. Llamo desde un teléfono que hay en un mostrador mientras ella va al baño. Después no sé qué pasa, que salgo de allí y acabo en una casa mata (muy parecida a la de doña Antonia). Es de noche y oigo ruidos. A un lado hay una pareja joven (se hacen fotos en el jardín; ella va casi desnuda). Al otro, una reunión de personas mayores con acento argentino jugando a las cartas y organizando una fiesta de disfraces.
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Salgo de la que fue mi casa y veo a mi madre en la acera (no se parece en nada a mi madre, es una señora muy fea vestida con colores chillones). Me acerco para contarle lo que me pasó con Puri. Me dice que soy una irresponsable, me da gritos. Le digo que me deje hablar, explicarme, pero acabamos las dos gritándonos.
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Lydia Lozano está de vacaciones en Benidorm y se supone que tengo que darle un regalo (un pijama). No sé cuál es su hotel, todos me parecen iguales. Entro en uno muy oscuro con una escalera tapizada de verde. Antes de llegar a los ascensores hay una especie de balcón donde están Felipe y Letizia. Les pregunto si saben dónde se aloja Lydia Lozano. Él me dice que es muy fácil, que siga las pistas, que mire donde señala el dedo. Recuerdo que hay un edifico con un luminoso de un dedo que se enciende y apaga. Como sea su casa, te como la cara, le digo y me voy. Pienso que jamás había dicho esa frase (que no me gusta nada). Efectivamente, cuando llego al luminoso del dedo, Lydia sale del portal y se abraza a un amigo. Pienso que no es momento de darle ningún regalo.