domingo, 10 febrero 08. Mi abuela está en un hospital. He ido por la noche a rescatarla. He robado una silla de ruedas para sacarla de allí. Cuando entro en la habitación, se pone tan contenta que trata de salir sola de la cama, pero resbala como si fuera de goma y se queda bajo la mesa de noche como un muñeco desinflado. Me doy la vuelta para coger la silla de ruedas y al volverme de nuevo, la veo sentada en la cama vestida, peinada y con el bolsos en la mano. La ayudo a sentarse en la silla. Antes de salir me dice: En el cajón de la mesa de noche están las drogas y el papel de fumar, no los olvides.