domingo, 28 diciembre 2008. Vengo de comprar patatas por Muelle de Heredia. Al doblar por Sanidad noto que me dan un tirón de la bolsa. Al volverme para pegarle, veo que es una monja muy bajita. Me explica que ahora vive en la tercera planta de sanidad porque ha descubierto que hay camas libres. Le pregunto si prefiere dinero a la bolsa de patatas. Le doy diez euros y una chocolatina. La monja se va muy contenta. Antes de que desaparezca, le digo: ¡Tenga! Cuando se vuelve, le doy un palillo de dientes.