martes, 28 septiembre 2010. Alguien me dice que tenga cuidado al cruzar la calle. Me vuelvo, es Pepo. Lo encuentro muy delgado, muy guapo, pero no le digo nada. Dice que al final hubo suerte y mis poemas aparecerán en la antología, pero que ha tenido que hacer el libro dos centímetros más largo para que cupieran. No escribas poemas, tan largos, dice. No sé de qué me habla. ¿No me notas nada?, dice. Le digo que sí, que ya me he fijado en que está más delgado y más guapo. Bueno, yo me refería a mi nueva camisa de cuadros, dice.
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Corro por los pasillos del que fue mi colegio. No sé muy bien cuál es mi clase ni si llego a tiempo. Todo está muy oscuro. Me agacho delante de algunas puertas para ver si por el haz de luz reconozco cuál es la mía.
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Corro por los pasillos del que fue mi colegio. No sé muy bien cuál es mi clase ni si llego a tiempo. Todo está muy oscuro. Me agacho delante de algunas puertas para ver si por el haz de luz reconozco cuál es la mía.