martes, 25 octubre 2011. Estoy en una casa que me recuerda a la primera en la que viví con mis padres. Oigo pasos y apago las luces. Alguien entra, intento esconderme para que no me vea, pero no me ve de todos modos. Salgo a la calle y noto que tampoco me ve nadie, ni siquiera Maldonado, al que paro agarrándolo del brazo. Mira a su alrededor y se va. Las calles están muy oscuras. Un tipo con gafas de sol me saluda. Corro tras él, le pregunto si sabe qué está pasando. Pasa que eres nueva, me dice. Quiere que lo espere a la salida de un cine. Cuando sale me da unas gafas de sol estilo 3D. Con ellas podrás reconocer a los tuyos, dice y desaparece. Una chica con gafas idénticas a las mías se para a mi lado me coge del brazo, se siente muy feliz de tener una amiga, dice. ¿Y tú cómo lo hiciste?, me pregunta. ¿Hice qué? Suicidarte. Empiezo a entender lo que pasa, pero ni me gusta ni recuerdo nada. Me quito las gafas de sol y veo una imagen de mi cuerpo sobre el coche de Marcos. Marcos está dentro del coche, mi cuerpo sobre el capó y también a su lado, junto a la ventanilla, diciéndole que siento habérselo abollado. (Me despierto con un dolor de cabeza tremendo.)