lunes, 10 octubre 2011. Estoy sentada en el suelo de una tienda mirando zapatillas. Son muy planas, con la suela de corcho y rojas. Pienso que son zapatillas de viaje. Busco unas de mi número y otras para Alberto. La tienda se convierte en una habitación a la que le faltan dos paredes. Aparece mi padre, dice que tuvo que tirarlas para poder montar batallitas con soldados a escala. Veo que tengo entre las manos soladitos en vez de zapatillas.