ducha y granizo

martes, 11 febrero 2014. Salgo de una habitación en pijama, con toda mi ropa apretada y arrugada contra el pecho. No reconozco la casa, tiene techos altos y me resulta fría y desordenada. Entro en lo que se supone es un cuarto de baño, aunque hay sillas de salón de actos, una mesa de madera grande sobre una tarima y, detrás, una pizarra. Junto a la tarima hay un plato de ducha sin mampara ni cortina. Me ducho a pesar del frío. me ducho muy rápido para irme de allí lo antes posible. Entra Gallero, saluda con la mano como si nada y se acomoda detrás de la mesa, como si fuera a comenzar una clase. Le pregunto si tiene alguna toalla. No tiene. Me visto con el cuerpo aún mojado.
+
Mi madre me pregunta por teléfono si iré a la fiesta. No sé de qué fiesta habla. Le digo que acabo de despertarme, que no encuentro mi ropa, que empiecen sin mí. Han llegado unos libros para ti, dice. Escúchalos, dice. Oigo cierta música a través del teléfono. Tengo, de repente, delante una ventana y veo el patio de la casa de mi abuela cubierto de granizo.