miércoles, 26 marzo 2014. Un niño, muy parecido a Manuel, quiere enseñarme algo. Me lleva a unas casas muy viejas donde una mujer me abraza, llora. Cuánto tiempo ha pasado, dice. Se supone que es la casa donde viví de niña. Pienso que el niño se ha equivocado de casa o de persona, pero no le digo nada para no disgustarlo. Junto a la casa hay un anticuario. Manuel, que de repente es un hombre, pregunta si tienen bombos de lotería, de los que salen en la tele en Navidad, aclara. Necesita uno para un concierto que dará por la noche en ese mismo pueblo. La chica no le hace caso. Intento convencerla, me da una dirección donde quizá puedan prestarme uno. Manuel, que al parecer es un cantante muy famoso, quiere que actúe con él. No sé cantar. Sí sabes, te da vergüenza. Es verdad. Manuel dice que sólo tengo que estar a su lado en el escenario haciendo girar el bombo. Dice que sólo necesito ponerme un caftán blanco y peinarme cabeza abajo.