lunes, 17 agosto 2009. Voy hacia Correos y un tipo se pone a caminar a mi lado. Lo miro de reojo, no estoy segura de si es Lou Reed o Leonard Cohen, pero no le digo nada. La chica del mostrador está muy agobiada porque hay mucha gente esperando y no le quedan sellos para todos. Le tiendo un libro y una camiseta. La chica plancha la camiseta borrándole el dibujo, pero no le digo nada porque pienso que se va a agobiar más. Intenta meter el libro y la camiseta en un sobre pequeño, el sobre se rompe y la chica se echa a reír. Béseme, dice al primero de la cola. El chico, muy sorprendido, la besa. Ella le mete el índice en la boca y le cuenta las muelas. Su jefa sale de repente de su despacho y dice que va a despedirla. El chico reclama más besos, y yo corro hacia el mostrador para recuperar el libro y la camiseta.