martes, 24 agosto 2010. Mi madre y yo salimos de su casa para ir de visita a casa de la madre de Andrés. Mi madre tarda en salir una eternidad. Primero se le olvidan las llaves, después el bolso, ya en el descansillo se da cuenta de que no se ha puesto los zapatos. Llamamos al ascensor pero no llega. Cuando abro la puerta me quedo con ella en la mano. Parece que hayamos desayunado tuercas, dice mi madre.