domingo, 28 noviembre 2010. Cumpián, Ferran y yo hablamos en la terraza de una cafetería. Hablamos con las cabezas muy juntas, echados sobre la mesa, como si estuviéramos conspirando. Cumpián nos cuenta, como si fuese el mayor de los misterios, que ha descubierto que lo único importante es llevar siempre encima un kit reparaheridas. Nos enseña el suyo, una cajita blanca con unas cuántas píldoras, alcohol, vendas y un costurero. ¡Así, invencibles!, dice levantando el índice.