tráfico

martes, 2 noviembre 2010. Hay una lectura en un bar. Muchos de mis amigos están allí, incluso Francis, que ha venido desde París. Cuando empiezan a leer, me doy cuenta de que he olvidado mis poemas. Le pregunto a la organizadora dónde hay una tienda donde pueda imprimirlos. Alberto se va con mi pendrive. Yo espero a la entrada del bar mirando hacia la calle. Veo cruzar a una chica. Lleva una chaqueta de hombre y tiembla. Pienso que va a suicidarse. La acera de enfrente está en alto y tiene baranda. La chica sube a una silla, después a la baranda y se deja caer entre el tráfico. Un autobús destroza su cuerpo. Los coches y peatones siguen pasando como si nada. Salgo a la calle e intento detenerlos. Una chica policía muy joven me pide que le cuente lo sucedido. Dice que no me aleje demasiado porque me necesitarán como testigo. Entro en el bar, la lectura ha terminado. Les cuento a Emilio y Francis lo que ha sucedido. Francis dice que prefiere no oírlo y llama a Alberto por teléfono para que no imprima nada. Francis dice que Alberto está muy enfadado por haber hecho ir a todos los amigos para nada. Algunos hasta han traído una sombrilla amarilla, dice.