arnés y aparcamiento

viernes, 17 diciembre 2010. Voy colgada de una especie de arnés que se desliza sobre un bosque enorme. Las curvas me dan un poco de vértigo porque toman más velocidad.. Sobrevuelo un pueblo y al llegar a una plaza con niños jugando, doy un salto y me bajo. Pregunto dónde estoy, pero cada uno me dice un nombre distinto. Pregunto a unos niños. Me acompañan a una casa de madera en ruinas y dicen que puedo dormir allí. Tengo que marcharme, le digo. Lo sabemos, aquí no hay nada que ver, dicen.
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Llego conduciendo a la entrada de un cementerio, aparco. Alguien me dice que allí no se puede, a pesar de que hay señales blancas en el suelo y coches en línea. Después de cambiar el coche varias veces de sitio, respondo que mi coche no ocupa nada porque es una bici. Tampoco. La bici está sujeta con una cadena enorme a una valla metálica y no encuentro la llave.