florencia-tudela

lunes, 10 enero 2011. Entro en un cibercafé y pido un ordenador que envíe objetos en 3D. Todos lo hacen, me dice el encargado. Saco del bolso una campana de cerámica y se la enseño. Sin problemas, además, somos especialistas en cerámica italiana, de Florencia, ¿verdad?, me pregunta. Le insisto en que me parece muy grande y tiene que llegar hasta Tudela. Ponte en el número 4, dice. Pongo la campana sobre una alfombrilla que hay junto al ordenador y escribo el mail de Eduardo. La campana desaparece. ¿Lo ves?, dice el encargado, con la cerámica italiana nunca falla.