martes, 8 febrero 2011. Nuria, a la que no veo desde los ocho años, llega a una estación de metro. Pienso que no ha cambiado nada. Se encuentra con un tipo, al que se supone yo estaba esperando, y se van abrazados. De repente aparece Blas, mi profesor de matemáticas del instituto. Me pregunta si sabría resolver un problema para la Olimpiada de matemáticas. Saco una libreta y le enseño el problema ya resuelto. La campana de Gauss, lo sabía, dice muy sonriente. Ahora saltemos, dice señalando una ventana que está en un tercer piso.