miércoles, 2 febrero 2011. Hay una casa enorme en obras, en mitad del campo. Se supone que es la casa donde voy a vivir. Las obras deberían haber terminado, pero la casa no tiene paredes ni techos. En lo que se supone será el jardín hay sillas de hierro oxidadas. El jardín, de momento es una explanada de tierra. Hay una puerta enorme de madera astillada. La abro. Dentro hay una iglesia enorme y donde se está celebrando una misa. Me siento en el último banco sin comprender nada.