lunes, 28 febrero 2011. Oigo una conversación. Alguien habla de una chica que va a casarse y no tiene el vestido de novia. Dibujo con disimulo un vestido para ella. Alguien me señala, escondo los dibujos en una carpeta y disimulo escribiendo números sobre el mantel de papel que cubre la mesa. Me hacen preguntas, yo me encojo de hombros como si no entendiera el idioma. Cuando me quedo sola, termino el boceto del vestido de novia e intento enviárselo a la chica por mail.