sábado, 31 octubre 2020. Llego tarde a la presentación de mi libro. Mesa Toré y Cristina ya están sentados detrás de la mesa, en el escenario. A su lado hay una silla plegable que parece de juguete. La abro, me siento. Es muy pequeña y temo caerme, pero pienso que eso le daría un tono divertido al acto. El público está separado y ordenado de cuatro en cuatro por mesas (de chiringuito, con manteles de papel). Comen y beben animadamente. Mientras Cristina y Mesa Toré hablan, como veo que nadie les hace caso, bajo al patio de butacas. Veo al fondo a Rafa Soler y me acerco a saludarlo. Está con dos niños pequeños. Dice que la novela le ha gustado mucho a sus hijos. Los señala: un niño y una niña de unos cinco años, disfrazados, él de pirata y ella de princesa.