lunes, 5 diciembre 2022. Nos asomamos entre las chapas metálicas que han puesto alrededor de la plaza de la Merced y vemos que están jugando un partido de waterpolo. En ese momento, una jugadora le saca tarjeta roja a la arbitra (se va muy triste diciendo que es una injusticia). La jugadora vuelve satisfecha y yo le lanzó una mirada de odio. Alberto dice que no me olvide de comprar una libreta y agua. Aparecen De repente varios amigos (incluidos tres compañeros del instituto que hace años que no veo). Alberto quiere enseñarles algo en casa y lo siguen. Ellos dicen que no van. No despedimos, los abrazo. Alberto y el resto del grupo ya han desaparecido. Javi dice que se queda para acompañarme. Javi se convierte en Violeta. Mientras caminamos enciende un cigarrillo. Se lo quito, le digo que no se le ocurra volver a fumar, y lo aplasto en una maceta. Entramos en su piso (se parece al de Cumpián). Allí están sus compañeras de piso, a lo suyo, leyendo y escribiendo. Les advierto que si ven una colilla en una maceta he sido yo. Me enseñan un video de una fiesta donde me parece reconocer a Joseda perreando. De repente esto con Carlos, enseñándole unas fos que le hice. Tiene que verlas mi madre, dice. Su madre está sobre una colchoneta comiendo una manzana. Pienso que no le gustará nada ver a su hijo así (en la foto Carlos está tumbado sobre una mesa y alguien le ha echado un cubo enorme de batido de fresa). Ángeles se ríe mucho al verla. Ahora Carlos y yo vamos por la calle. Empujo varias cajas de leche. Llegamos a Carrasquilla. Carlos quiere que entre saludar. Meto la cabeza, veo a Carmelina. Me sorprende que esté igual de joven que hace cincuenta años. Me mira. Soy Belinka, le digo tímidamente. Se alegra mucho de verme. Le da a Carlos un móvil para que le busque mis libros.