jueves, 29 diciembre 2022. Se supone que hay un festival de cine en Málaga y han reabierto cines de los que no quedaba siquiera el edificio. Me desplazo por la calle como si fuera sentada en una silla de ruedas pero, no hay silla, voy en el aire. Llevo un vestido que parece una funda de almohada con tirantes (no llevo nada debajo, creo que influida por la película que vi anoche Venus se hizo mujer). Se supone que el vestido me lo he hecho yo y pienso que voy muy elegante. Cuando llego a la puerta del cine, una señora tiene un montón de monedas en un cesto (no estoy segura de si es la cuidadora de los servicios). Pregunto si hay que pagar con monedas. Dice que prefiere que le dé un billete de cinco, se lo do y me devuelve cinco monedas de un euro. Todo parece de lo más normal. La sala empieza a llenarse (solo tiene cuatro filas). Se me acerca una chica, me pregunta en qué consiste el trabajo de alguien que quiere ser procuradora. No tengo ni idea, pero pregúntale a los príncipes de Gales, que acaban de entrar en la sala y además hablan inglés mejor que yo.