moraga

miércoles, 5 marzo 08. Llego a la playa volando a ras de orilla. Aunque es de noche la playa está llena de gente. A lo lejos veo a Daniel jugando con unos niños. Aterrizo y me abrazo a él. Los dos estamos muy contentos de vernos. Hay gente bailando dentro del agua las canciones que salen de un autocar aparcado en la arena. Daniel dice que tiene que llevar a los niños a algún sitio, y se sube al autocar. Dice que me ha dejado la música enterrada bajo el agua para que nadie pueda quitármela. El agua está completamente transparente, pero las olas vienen llenas de colillas. Ayer fue peor, dice, venían llenas de cáscaras de piña.