jueves, 10 septiembre 2009. Alberto y yo miramos desde lo alto de un monte cómo un grupo de nudistas cargan troncos y hacen una presa. ¿Qué hacen y por qué van desnudos?, le pregunto. Alberto dice que es una representación de cómo se construyó el país. Cuando me acerco veo que llevan las caras pintadas de barro. Unos chicos vestidos se meten en el agua y dicen que quieren participar. Entramos por un túnel y salimos a un bar donde exhiben el bocadillo más largo del mundo. Mide sólo medio metro, pero no digo nada. En la puerta del bar hay un cartel que dice "Manzanas para obra". Alguien me explica que cuando un alimento es para comer fuera del bar, se le llama así. En la calle hay filas de niños. Les pregunto dónde van. Van a un museo. Todos estamos en contra, dice una niña. Se refiere a la artista que expone. Alberto está sorprendido de que haya una tienda especializada en ligueros. La niña de antes le dice que su madre se gasta todo el dinero en esas tonterías. Pienso si para pedir un liguero tendrás que decir "Liguero para obra" porque allí mismo no te lo pones.