pendrive

sábado, 10 octubre 2009. Parece la celebración de una boda en una nave muy blanca. Hay mesas de seis. Mi amiga Salud dice que ocupe una mientras ella encarga la comida. Cada vez que me acerco a una mesa, ésta se llena inmediatamente. Entre tanto, me doy cuenta de que he perdido el pendrive donde guardo todo lo que he escrito. Me tiro al suelo y busco entre las mesas. Ya no es una boda sino una biblioteca. Los estudiantes me dicen que no haga ruido. Tumbada en el suelo voy encontrando mecheros y pendrives, pero ninguno es el mío.